La propuesta del Turismo Rural en Chile.

La propuesta del Turismo Rural en Chile.

  28 Dic 2015  

Por: Tebni Pino

El sol despunta cerca de las 6 de la mañana y el dueño de casa llama a sus huéspedes para una jornada más de trabajo.

Ensillar caballos, cabalgar hasta la lechería, amarrar cola y patas de la vaca, sacar la leche, en fin, tareas que para el agricultor no representan más que una actividad a la que está habituado desde su más tierna infancia pero que, para los “clientes” de su emprendimiento de turismo rural es una aventura, un descubrimiento, una vivencia desconocida pero rica en emociones.

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Esta actividad que se realiza día tras día representa, en su esencia, la propuesta con que centenas de usuarios de INDAP optaron por una forma diferente de llevar adelante sus vidas. Acoger al turista, convidarlo a conocer su trabajo, incluso en la intimidad de su hogar, su cocina, su entorno. Vivir como campesinos durante algunos días y descubrir que ese mundo está más próximo de lo que se imagina; de su ciudad, de su región, de sus sueños.

Presente desde el norte del país y atravesando lo largo y ancho del territorio, el turismo rural entrega a quien quiera tomarlo lo más tradicional de la cultura agraria del país; es el aire puro, el aroma fresco de la hierba que crece junto a un arroyo de aguas cristalinas, pero principalmente la calidez de la gente la que hace la diferencia a la hora de decidir dónde pasar las vacaciones o el fin de semana largo.

Próximo de los grandes centros de atracción turística, los más de 100 emprendedores localizados en todo el territorio tienen en común la participación de sus clientes. Allí nada es objeto de la simple observación. Muy por el contrario. Alimentar las aves o fabricar el pan en horno de barro forma parte de la invitación que tiene en la vivencia diaria un factor preponderante.

Es la cultura campesina al servicio del hombre y mujer de la ciudad.

Chungará

Chungará

 

Es el valle que se observa desde la ventana, sea agreste como en el desierto con sus pinturas rupestres,  lleno de verde como suele ocurrir a medida que el sur nos llena los ojos con sus bosques centenarios, o finalmente cristalino cuando la nieve se descuelga en cascadas escondidas de los geógrafos de turno y su presencia tiene olor a hierbas que crecen sin pedir permiso a la naturaleza para mostrarse en todo su esplendor.

Vivenciar, en definitiva junto al pastor aymara, el campesino de la zona central, o el patagón con su piño de ovejas y su acento inconfundible.

Es el Chile de verdad, el Chile que abre las puertas de su casa, el Chile que sabe escuchar a la visita y que cuenta historias como solían hacerlo nuestros abuelos.

Más info en http://www.chileturismorural.cl

 

Por: Tebni Pino