Tahití | El Paraíso del Paraíso. Parte 1
Por: Andrea Hoces
Andre y Edu en Le Meridien | Bitácoras Viajeras |
El verano del 2013 fue muy muy loco… Me pasaron muchas cosas feas, pero tuve la oportunidad de vivir tantos viajes lindos, que quedó marcado por ello finalmente. Mi mejor amigo de la vida: Edu, me dijo que quería ir a Tahití conmigo de vacaciones. Así como si nada, Tahití. Paf. Me lo dijo por teléfono y yo “mish… dale!, Veamos cuánto sale”. En ese momento estaba con mi vieja y le comenté. Ella había ido cuando joven, cuando recién se había titulado, y toda la vida me contó que había ahorrado mucho para ir y que era el paraíso, que venden perlas negras y que todo es hermoso. Me prendí más. Obviamente me dijo “tráeme una perla negra” jajaja.
Yo no vengo de una familia adinerada ni él tampoco, somos personas que trabajamos mucho y por poco incluso, pero bueno, estaba obsesionado con vivir unas vacaciones increíbles (el también por esa época la estaba pasando mal y entonces lo merecía). Así que empezamos a averiguar.
Todo fue muy rápido. El valor del viaje/pack era carísimo, al menos para mi bolsillo. Yo no tenía todo el dinero y entonces empecé a descartarme… Edu me decía que era su mejor amiga de la vida, su hermana, que quería ir conmigo, que tenía ahorros, etc. Yo le insistía que no tenía tanto dinero, pero bueno, me dijo que el pack era por 2 y si no iba con él, él igual pagaría ese pack e iría solo… ¡guatafac! Es como mi hermano, ¡qué lindo sería vivir unas vacaciones paradisiacas con él! y entonces me ordené con mis finanzas y él me apañó con parte del dinero. En serio, un gran regalo y se lo agradezco infinitamente.
Días antes de partir, revisamos el clima de Tahití y justo los días que íbamos habría tormenta eléctrica jajaja. Estábamos de muerte, Edu esperaba llegar pasao a betacaroteno y no podría! pero no había vuelta atrás y finalmente llegó el día. No sé cómo la hicimos, pero nos fuimos a principios de Abril. 13 horas de vuelo. Una parada en Isla de pascua. Llegamos con retención de líquidos extrema, mañosos por el eterno viaje, pero cual celebridades.
Llegamos al aeropuerto de Papeete, la capital y nos recibieron con collares de flores. Era de noche y entonces no pudimos ver mucho…pero tormenta eléctrica no había (de hecho, solo 1 noche llovió con truenos y sería, pero al otro día, todo muy normal. Un sol luminoso), el clima se sentía agradable y la gente muy colorida. Ya estábamos felices. Nos fuimos en una especie de van hasta el hotel Le-Meridien de Papeete ¡Increíble! Una pieza según yo con demasiado lujo para una persona que con suerte tiene una bicicleta: 2 camas fabulosas, esponjosas a morir y con sábanas blancas, como de comercial Rosen, dormí feliz.
La Flor de Papeete | Bitácoras Viajeras |
En la mañana nos despertamos y guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa demasiada belleza para mí: Mar hermoso!!, recorrimos un poco, nos sacamos miles de fotos (mi amigo es fotógrafo por hobby y tiene mucho, pero mucho talento).
Le Meridien Papeete | Bitácoras Viajeras |
Ya estaba pagada con todo lo vivido. Pero bueno, era el comienzo y el destino era Bora Bora, una isla cercana. No recuerdo cómo llegamos, pero llegamos a una especie de puerto chiquito y nos esperaba una lancha con una “guía” francesa muy buena onda. De nuevo un collar de flores y nos fuimos.
Esto sí que fue impactante. Es que no cabía en mi tanto surrealismo, hace 2 días estaba llorando en mi casa y ahora estaba en Tahití, arriba de una lancha presenciando eso. Me sentía afortunada. El mar era absolutamente Calipso, pero absolutamente Calipso. Espero que así lo entiendan porque realmente era Calipso e impactante. Calipsamente transparente e impactante ajaja. Llegamos a una bahía donde estaba el hotel (también de la cadena “Le-Meridien”).
Cuando nos bajamos recuerdo que no sabíamos cuánta propina darle a la mina… como el estilo de vida era caro (allá el sueldo mínimo son 750.000 pesos chilenos, para que se hagan una idea), pensábamos que 10 dólares estaba bien. Nunca supimos si pecamos de ignorantes o fuimos demasiado bondadosos. En fin.
En el camino comprendí que todos los “hoteles” eran parecidos al nuestro. Estaban por bahías y todos tenían unas especies de cabañitas sobre el mar. Nos registramos (todos pensaban que éramos marido y mujer. Yo era “Miss Gamboa” -> el apellido de mi amigo JAJAJAJA), nos explicaron toda la onda, nos pasaron folletos con cosas que podíamos hacer y nos llevaron en una especie de motito hasta nuestra cabaña. Ese momento, merece más detalle.
Es que era todo tan loco!: una motito, entre medio de un lugar paradisiaco, osea mar calipsamente transparente por ambos lados, palmeras, insectos extraños, gente autóctona que trabajaba en el lugar paseando con sus vestidos floreados, sonrientes y yo en una motito con mis piernas flotando. todo cuático. Llegamos y la cabañita era bacán!!! Estaba sobre el mar, teníamos un balcón, nuevamente 2 camas increíbles (aún más que las de Papeete), baño rústico, aire acondicionado, tv cable, frigobar con todo lo necesario, decoración hermosa, uf! Demasiado.
Andre y Edu en Le Meridien | Bitácoras Viajeras |
Como les dije que no somos adinerados, y entonces compramos el pack con solo desayuno incluido. En nuestra utopía esto era una isla con “pueblo” y entonces podríamos comer más barato el almuerzo, la cena comprando en alguna feria, local típico, etc. Pero no!!! Estábamos en una bahía atrapados en el hotel y para cruzar al pueblo había que pagar una lancha por 20 lukas chilenas. ¡Mucho! Pero ahí comprendí que todo era demasiado! Jaja un ejemplo: un agua mineral salía 5 mil pesos chilenos en el hotel. Y entonces, decidimos que comeríamos de todo en el desayuno (literalmente los desayunos en el hotel contenían todo. Había hasta una sección de carnes y ensaladas, para todos los gustos) y nos robaríamos lo que pudiéramos para sobrevivir en el día. Igual ahí entre tanto cuico, me sentía pobre. Nos daba risa porque todos eran full rubios, adinerados y estaban de luna de miel, puros honeymooners! ajajaja Todos juraban que estábamos en esa también y nadie sabía que éramos amigos y que jamás seriamos otra cosa porque tenemos distintas tendencias sexuales Jajajaja nos daba tanta risa… Mientras nosotros estábamos tomando sol, decíamos “Todos deben estar haciéndolo, y nosotros aquí… Esperando el amor de la vida y encima pobres en el paraíso” ajajjaja. Era chistoso realmente.
Le Meridien Papeete | Bitácoras Viajeras |
Todo lo que hicimos en esos días lo puedo resumir en: en términos monetarios (sorry por hablar tanto de dinero, pero me parece un factor importante en esa isla. Quizás yo no iba con la idea de qué era taaaaan caro) solo gastamos dinero comprando líquidos en el hotel (agua mineral para mí, bebida para el Edu, alguno que otro trago y cervezas Tabu o Hinano -> típicas de allá. La última tiene una mujer polinésica muy linda en la etiqueta), en algunas actividades choris, en alguna que otra comida que nos compramos (recuerdo que una vez me compré una ensalada tipo césar y me salió 20 lucas, nunca más) y en ir a cenar a un restaurant típico.
Las actividades choris que venían incluidas y NO pagamos $ consistieron en:
1. Bañarnos mil en la piscina del hotel que estaba sobre relieve y entonces si te sacabas una foto, se confundía con el mar de fondo.
2. Tomamos sol (yo estaba terrible negra. De hecho cuando llegué a la U, me daba plancha porque yo dije que estuve enferma y se me caía la cara a pedazos de plancha y negrura jajaja).
3. Recolectamos pomelos y los comimos en el centro del mar.
4. Vimos tortugas gigantes.
5. Conversamos mil.
6. Hicimos snorkel (En la bahía te prestan los implementos. Igual yo llevaba el mio.. creo que es más higiénico) y vimos peces alucinantes.
7. Anduvimos en kayak.
Tahití es el Paraíso del Paraíso | Bitácoras Viajeras
Ya está la parte 2 en este Link!! |
Por: Andrea Hoces
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